Norma Legal Oficial del día 14 de septiembre del año 2015 (14/09/2015)


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TEXTO DE LA PÁGINA 3

El Peruano / Lunes 14 de setiembre de 2015

NORMAS LEGALES

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los días siguientes. Estos grupos son el waka waka, los ch'uspis y los q'arapulis. Ante la llamada de los cohetes se reúne el público en la plaza, mientras los conjuntos de danza y música y los alferados se reúnen en sus barrios respectivos. Una parte de los grupos de danza se ubica en el atrio de la iglesia, y las mujeres ponen mantos en los cuales colocarán hojas de coca, botellas de licor y cigarros para ofrendar a los achachila, cerros tutelares, y reparten un ponche caliente preparado para la ocasión. De esta manera se llega a la madrugada del día siguiente, día central de la fiesta; Que, en la madrugada del 14 se procede al ritual de yupaychaña, voz aymara que significa "adoración", ceremonia de pedido de permiso dirigida tanto a las imágenes cristianas como a las deidades andinas de la geografía local. Este pedido se realiza en la comunidad de Inca Pucara, ubicada en las afueras de la ciudad de Juli, y está a cargo de una comitiva compuesta por un yatiri u oficiante y su esposa, más los personajes caracterizados como el capitán, que representa al alferado local y preside el ritual; el inca capitán, quien porta dos banderas para el ritual, una blanca y otra del Tawantinsuyu con los colores del arco iris; la mamacoya inca, esposa del capitán, quien termina la ceremonia con un pregón antiguo en una mezcla de quechua y aymara; los "soldados" de los bandos inca y lupaqa que protagonizarán la batalla del Inca Q'urawasiri del día siguiente; las caracterizaciones de un león y de un oso, que danzan y saludan a los alferados con abrazos, expresión de un deseo de bienestar; y un músico de tarola que anuncia cada parte del evento. En un complejo ritual se solicita permiso para la realización de la fiesta, haciendo los ritos sobre una "mesa" compuesta por una istalla sobre la que se disponen hojas de coca, incienso, botellas con licor y una concha de caracol marino. Se reza a los achachila más importantes como Sapacollo, Caracollo e Inca Pucara, y por el lado cristiano a San Bartolomé, a San Pedro y a la Virgen de la Asunción. Se considera que este ritual tendrá efectos en la cosecha del año siguiente. Esta misma comitiva realizará posteriormente un ritual similar para la renovación de los cargos en una zona de La Glorieta, en el barrio Chinchaya de la ciudad de Juli; Que, la ciudad de Juli es por estas fechas destino de miles de pobladores de todas las comunidades de la región; para muchos de ellos, es el único momento del año en que participan en una liturgia católica celebrada en idioma aymara. Desde la mañana hacen su aparición los personajes más característicos de esta fiesta, los k'usillos, interpretados por un gran número de pobladores, quienes deambulan libremente por las calles haciendo bromas a visitantes y autoridades y público en general. En este momento de la fiesta también aparecen bailando los conjuntos de waka waka y q'arapulis; Que, luego de la primera misa, los pobladores participan en una procesión por el perímetro de la plaza, acompañando a las imágenes del Señor de la Exaltación, un Cristo crucificado que es llevado por los tenientes gobernadores de 16 comunidades campesinas, todas relacionadas al antiguo cabildo de Chambillas. Forma parte de la procesión la imagen de la Virgen de Huaylluni. Los integrantes de la batalla ritual del Inca

Q'urawasiri forman en dos grupos para acompañar a ambas imágenes. El recorrido de la procesión sigue una secuencia en la que pasa por cada esquina de la plaza, que se corresponde con los cabildos de las antiguas parcialidades: Huancollo, Mucho, Ayanka y Chambilla, recordando de este modo la composición étnica original de la población de Juli; Que, luego, los participantes se reúnen en sus respectivos barrios a realizar en diversos puntos los rituales por la Santa Cruz y el llamado ritual de los ch'uspis, representación actuada y cantada del inicio de la siembra a cargo de niños, cuyos versos tradicionales hacen referencia a la vida del campesino y al carácter dador de la Santa Cruz; Que, la tarde del día 15, en la plaza de Armas de Juli, se hace la representación del Inca Q'urawasiri, batalla ritual que guarda la memoria de los enfrentamientos entre los incas del Cusco y los lupaqas por el dominio de este territorio y que describe a los lupaqas como aguerridos defensores de su etnia, acto también a cargo de la comunidad de Inca Pucara. El nombre del acto indica que se trata de una confrontación con látigos o q'urawa, en aymara, y en efecto los contendientes portan un látigo y una honda. Se visten con una versión del traje prehispánico, que consiste en una gran capa y una pechera por túnica, ambas hechas en tela finamente tejida y orlada de flecos. Los participantes se protegen de los proyectiles durante la contienda con prendas diversas acumuladas bajo el traje. En la pechera, los lupaqa ostentan el símbolo de la luna mientras que a los incas se les adjudica la representación del sol. Así, el bando lupaqa simbolizaría a la noche y los incas, al día; Que, cada bando tiene sus jefes, y cada autoridad aparece con sus esposas en la parte ritual e inicial de esta contienda. En ella, el yatiri y su mujer presiden el aytu o aytaña, ceremonia de solicitud de permiso a los espíritus, similar al yupaychaña, con el acompañamiento de las mujeres de los capitanes principales, en un espacio ubicado entre los dos bandos en la plaza. El bando inca se coloca hacia el lado este de la plaza, y el bando lupaqa hacia el oeste. Las mujeres delimitan el espacio de su jurisdicción con piedras, compitiendo y entrando en conflicto al no llegar a un acuerdo en sus linderos, lo que eventualmente induce a la lucha de los guerreros. Inicialmente los contendientes se lanzan naranjas con hondas pero, al agotarse estos proyectiles, proceden a la lucha cuerpo a cuerpo con sus látigos. Tras un breve enfrentamiento, suele ocurrir que los incas vencen a los lupaqas, lo que se considera como augurio de un buen año agrícola. De ganar el bando contrario, se califica de mach'amara o mal año para la agricultura. Terminada la batalla, los contendientes se retiran al atrio de la Iglesia de San Pedro y hacen acto de reconciliación, como símbolo de una relación entre bandos opuestos pero complementarios. Por otro lado, todos los asistentes, familiares y paisanos, participan en la fiesta, conjuntamente con los músicos y las comparsas de waka waka, q'arapulis y k'usillos. Con esta celebración, que se prolonga el resto del día, termina igualmente la fiesta, con un kacharpari o despedida, ocasión en que se nombra a los alferados del año siguiente;

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