Norma Legal Oficial del día 11 de enero del año 2017 (11/01/2017)


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TEXTO DE LA PÁGINA 11

El Peruano / Miércoles 11 de enero de 2017

NORMAS LEGALES

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e Industrias Culturales, el Informe Nº 000323-2016/DPI/ DGPC/VMPCIC/MC de fecha 6 de diciembre de 2016, emitido por la Dirección de Patrimonio Inmaterial, a través del cual se recomienda declarar la Obra musical de María Isabel Granda y Larco como Patrimonio Cultural de la Nación; Que, María Isabel Granda y Larco, conocida como Chabuca Granda, nació el 3 de septiembre de 1920 en la provincia de Cotabambas, departamento de Apurímac. Fue hija de Eduardo Granda San Bartolomé, quien se desempeñaba como administrador de una mina en dicha provincia, y de Isabel Susana Larco Ferrari. En 1923 se trasladó a la ciudad de Lima junto con toda su familia. Ya en la capital, comenzó sus estudios en el Colegio Sagrado Corazón. Durante su infancia practicó el ballet y en su juventud se integró a la Asociación de Artistas Aficionados - AAA, practicando el teatro y la ópera. A los 12 años habría descubierto su vocación por el canto, llegando a ser elegida vicepresidenta de la Asociación de Canto de su colegio e integrando el coro del mismo, si bien no llegó a estudiar música formalmente; Que, en 1937 comenzó su actividad artística más sostenida con la formación del dúo Luz y Sombra junto con su amiga Pilar Mujica Alvarez-Calderón, presentándose en varias emisoras tales como Radio Nacional y Radio Miraflores, así como en el auditorio del Teatro La Cabaña y en diferentes eventos musicales de Lima. De acuerdo al expediente presentado, el repertorio de este dúo consistía en boleros, rancheras y temas del reconocido cantante y compositor mexicano Guty Cárdenas. Asimismo, en 1940 habría formado un trío con las hermanas Martha y Rosario Gibson, interpretando también un repertorio mexicano. Dos años después, en 1942, se casó con Enrique Fuller Da Costa con quien tuvo tres hijos hasta su divorcio en 1952; Que, es durante esta etapa que Chabuca Granda se inició como compositora en 1948, a raíz de un reto lanzado por una pareja de colombianos amigos suyos, dando como resultado el vals Lima de veras. La pareja envió en secreto dicho tema a un concurso organizado por la Municipalidad del Rímac, donde obtuvo el primer puesto para la sorpresa de la autora. A partir de este punto habría seguido componiendo más temas como los valses Zaguán y Callecita encendida que, de acuerdo a Alberto Tauro del Pino, escritor y bibliógrafo, fueron estrenados en 1950 y dieron a su autora gran reconocimiento por su fina sensibilidad y como evocadora de estampas tradicionales. El expediente señala que el primer tema estuvo inspirado en las serenatas limeñas, y que también habría compuesto una marinera titulada Tun, tun... abre la puerta; Que, para su quinta creación -el ahora emblemático vals La flor de la canela- Chabuca se inspiró en la figura de Victoria Angulo Castillo, mujer afrodescendiente que era madrina de la primera cuadrilla de cargadores del Señor de los Milagros, y en cuya casa del Rímac se reunían las más destacadas figuras de la bohemia criolla de entonces para disfrutar de grandes jaranas. Chabuca Granda visitó tal espacio llevada por su amiga María Isabel Sánchez Concha de Pinilla, manteniendo el contacto con doña Victoria Angulo a través de su lugar de trabajo en la Botica Francesa del Jirón de la Unión, donde esta última iba a visitarla con frecuencia; Que, la letra de La flor de la canela fue firmada por la compositora el 7 de enero de 1950, y fue estrenada el 21 de julio de ese año durante el cumpleaños de Victoria Angulo. No obstante, la primera versión grabada de este tema no aparecería sino hasta 1953 interpretada por Los Morochucos, amigos cercanos de la compositora. No obstante, esta versión no tuvo mucho éxito en el gusto popular más extendido, algo que ha sido atribuido a la complejidad del arreglo interpretado. Por otro lado, los testimonios de intérpretes y compositores criollos tales como Lucas Borja y Jorge `Carreta' Pérez, recogidos en el libro Celajes, florestas y secretos. Una historia del vals popular limeño del Instituto Nacional de Cultura (2009), destacaron que esta complejidad hizo que el tema fuese percibido como un vals para la élite y no para el pueblo. En 1954, una nueva versión grabada esta vez por el Trío Los Chamas le daría a La flor de la canela una mayor popularidad, inmortalizando el tema en el cancionero criollo; Que, esta primera etapa en la obra musical de Chabuca Granda se caracterizó por exaltar en sus letras una serie de lugares, personajes y costumbres correspondientes a una Lima de antaño o tradicional. Esto había coincidido con un período en el vals limeño marcado por la evocación de un pasado virreinal o señorial, y que se habría producido en medio del inicio de las grandes migraciones internas y las transformaciones del paisaje urbano limeño. Es de

esta etapa que emergen temas emblemáticos como Fina estampa, El puente de los suspiros, José Antonio y Zeñó Manué. Algunos de los puntos culminantes de esta etapa fueron el estreno de su obra Limeñísima en el Teatro Segura, y el lanzamiento de su álbum Dialogando, con el acompañamiento de Óscar Avilés; Que, una segunda etapa en el desarrollo de su obra musical estaría marcada por su interés en problemáticas sociales, la cual da inicio con el tema Bello durmiente a modo de crítica sutil al segundo gobierno de Manuel Prado (1952-1962), y que se hace más evidente con el tema Paso de vencedores, donde se celebran las principales reformas iniciadas por el gobierno militar revolucionario de Juan Velasco Alvarado. Esta etapa alcanza su punto cumbre con el acercamiento a una importante generación de poetas como César Calvo, Antonio Cisneros, Manuel Scorza, Juan Gonzalo Rose, Arturo Corcuera, entre otros. A través de ellos Chabuca Granda conoció la obra de Javier Heraud, a quien le dedicó un ciclo de canciones tras enterarse de su fallecimiento como guerrillero en Madre de Dios: Las flores buenas de Javier, El fusil del poeta es una rosa, Silencio para ser cantado, Una canoa en Puerto Maldonado, entre otros; Que, del mismo modo, también dedicó un ciclo de canciones a los motivos de la muerte de la poeta y cantautora chilena Violeta Parra, entre las cuales figuran el conocido tema Cardo y ceniza, además de otros como No lloraba... sonreía y Si fuera cierto. No obstante, esta etapa también mostraría algunos quiebres y sentido de autocrítica como puede verse en El Surco, segunda obra dedicada al Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, donde se expresa una desilusión al ver que muchas de sus promesas no habían llegado a cumplirse. Durante esta etapa será importante su colaboración con el guitarrista Lucho González, quien introducirá un nuevo sonido a su música el cual marcará el resto de su obra musical; Que, con posterioridad al tradicionalismo evocativo de los años 50 y a la etapa de sensibilidad social de los años 60, Chabuca Granda entró a una etapa de aproximación y apropiación de la vertiente musical afroperuana como parte de su obra musical. Así, se vinculó a algunas de las más grandes figuras del universo afroperuano, tales como la familia Santa Cruz y Porfirio Vásquez. Así, dio forma a una propuesta que combinó diversos géneros de raíz criolla y afrodescendiente. Durante esta etapa estuvo acompañada de grandes músicos como Félix Casaverde, Carlos `Caitro' Soto, Eusebio Sirio `Pititi' y posteriormente Álvaro Lagos. Por otro lado, dio todo su apoyo a la compañía Perú Negro de Ronaldo Campos, con la que viaja a México en 1971 para participar en el Festival Internacional de la Danza. Luego de esta primera experiencia realizaron más viajes, alcanzando mercados y audiencias internacionales. A esta etapa corresponden temas importantes tales como Coplas a Fray Martín; Que, entre 1971 y 1973 realizó tres temporadas de conciertos en México, la última de ellas acompañada por la guitarra de Lucho González, con quien presentó el espectáculo Déjame que te cuente mis nuevas canciones. A partir de estos años, Chabuca viajaría de forma continua por diferentes países de Iberoamérica realizando giras, participando en festivales, recibiendo homenajes y desarrollando una labor social. En 1979 inauguró su café Zeñó Manué en la galería La Aldea en Miraflores. Allí presentó espectáculos tales como Cada canción con su razón, en el que narraba el porqué de sus composiciones, además de la estampa Tarimba Negra; Que, durante una estadía en Bogotá, en agosto de 1980, fue internada en una clínica al sufrir una deficiencia cardiaca. Chabuca estaba realizando una serie de presentaciones junto al joven guitarrista Álvaro Lagos y el cajonero Carlos `Caitro' Soto. Tras su recuperación presentó la temporada De la tierra de uno en Buenos Aires, Argentina, junto a músicos como Jaime Torres y Domingo Cura. En 1982 sufrió un infarto estando en Lima. El 8 de marzo del año siguiente falleció en Miami, Estados Unidos. La noticia de su muerte repercutió en diversas partes del mundo, tanto por la reacción de muchas celebridades y artistas, como por el pronunciamiento de autoridades y entidades ligadas o no al mundo de la cultura. Destacó una nota enviada por el secretario general de la OEA, así como innumerables manifestaciones en Argentina, México, Colombia y Chile, países donde se conoce y valora su obra; Que, Chabuca Granda dejó más de cien canciones grabadas, según ha sido documentado hasta 2015, además de decenas de temas inéditos, poemas, así como guiones para cine y teatro. La obra de Chabuca Granda ha repercutido en varias generaciones de intérpretes, entre los que destaca especialmente Susana Baca de quien solía decir que sería ella

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