Norma Legal Oficial del día 14 de septiembre del año 2016 (14/09/2016)


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TEXTO DE LA PÁGINA 12

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NORMAS LEGALES

Miércoles 14 de setiembre de 2016 /

El Peruano

distribución más compleja, pues cada curaca asistiría en representación de su centro poblado, transformado en un animal distinto. El anca o gavilán representaba al poblado de Chiquia; el añaz o zorrillo, al de Ticra; el atoq o zorro, a Huapachacún; el jirish o picaflor, a Shaya; el algay o dominico, a Kenac; el rachak, a Carhuanpata; el yuquish o zorzal, a Consejo Corral; el huaychao, a Alaka; el ave acaclluy, a Goguy; el pichuychanca o gorrión, a Rauchac; y el luychu o venado a Sacuar. Por Marcachacra asistió el kullkush, tórtola de la puna, pero al llegar tarde no fue recibido, yéndose igualmente a Cauri; Que, reunidos y consumiendo coca, discutieron sobre su situación actual y el destino que de sus pueblos, y se llegó al acuerdo de dejar de lado sus antiguas rencillas y trabajar en conjunto, limpiando el pantano y los totorales para acceder al agua limpia, compartiendo trabajo y alimentos. Estos animales se organizaron en esta faena, cada uno con distinta suerte, agradeciendo a los jircas o dioses de los cerros por encontrar esta salida. Regresaron así a sus pueblos, informando sobre esta decisión conjunta; Que, como estrategia de resistencia a la invasión hispana, los hombres se reunirían en el cerro de Tucuhuaganan o Tucuwaganan, traducido como "lugar donde llora el búho", que domina la vista del lugar, y cuyo nombre deriva de la palabra búho o tucu, animal que se refugia en sus cuevas, para disfrazarse de estas aves e imitar sus graznidos y así ahuyentar a los españoles; pero que entonces se escuchó un llanto de niño proveniente de un tishgo o islote en el pantano. Indígenas y españoles fueron a averiguar el origen del llanto, y encontraron la imagen de un niño recién nacido, que los españoles identificaron como el Niño Dios cristiano. Esto decidió la devoción de la población indígena hacia la milagrosa aparición, y que los españoles rebautizaran al sitio de Ñucón como Jesús, erigiendo un templo en el cual fue colocada la imagen, siendo desde entonces el patrono del pueblo, y viniendo los pueblos de los alrededores a establecerse voluntariamente en la nueva ciudad. La comparsa de los tucumanes pasó de este modo a ser parte de las costumbres de adoración al Niño Dios. Otro relato sostiene que estos enmascarados tenían además la función de castigar a los infractores de la ley, lazándolos con la soga o reata que portan como parte de su atuendo y arrastrándolos al cerro Tucuwaganan, para ser flagelados y luego paseados por el pueblo, siendo llevados después ante la imagen del patrono Niño Dios en la Iglesia local, y hacerles prometer no volver a delinquir; Que, debe señalarse por ello que la danza conocida como El Tucumán del distrito de Jesús, provincia de Lauricocha, no hace referencia al arriero criollo o mestizo de la región de Tucumán, en el actual noreste argentino, sino que es una representación del búho o tucu, ave de la fauna local; derivado el nombre de la danza del término tucu uma o cabeza de búho, figura de baile que tiene una función protectora y de anuncio de la fiesta patronal del Niño Jesús del distrito, carácter singular que le aparta de otras comparsas de baile de nombre similar; Que, la danza El Tucumán es un ejemplo particularmente interesante de un tema recurrente en la tradición huanuqueña: la representación de la fauna local en las danzas del calendario festivo, reflejo de una visión del mundo natural dotado de voluntad propia, dentro de lo que puede considerarse un ciclo mítico regional. Dos manifestaciones de carácter similar, la León Danza, del vecino distrito de Jivia de la misma provincia de Lauricocha, y la danza Atoq Alcalde del distrito de Llata, en la provincia de Huamalíes, son parte del listado de manifestaciones declaradas Patrimonio Cultural de la Nación. En estas manifestaciones los animales representados interactúan en un universo simbólico dominado por la figura mítica de Mama Rayhuana, asociada a la madre tierra, mientras que en la tradición que nos ocupa se hace referencia a un rimanacuy o concejo, celebrado en lo que parece haber sido un lugar de culto, cercano a un puquio, fuente de agua al que se suele hacer homenaje en los inicios del ciclo productivo en la tradición andina. Siguiendo lo dicho en estos relatos, la aparición milagrosa del Niño Dios se da, significativamente, en el mismo lugar del concejo, facilitando la aceptación del nuevo orden por parte de la población nativa, en un momento en que esta había

decidido superar sus diferencias internas en aras del bien común; Que, la ciudad de Jesús reprodujo la distribución cuadripartita de los pueblos antiguos en la división entre cuatro barrios, llamados Shaya, Ccarhuan, Quenac y Huapachacún, cada uno representado por una autoridad llamada varayo o principal. Estas secciones siguen siendo una de las bases de la organización del ciclo festivo local. Esta distribución se mantiene igualmente al interior de la comparsa de la danza El Tucumán. La organización de esta comparsa es responsabilidad del gobierno local, usualmente de la comunidad campesina de Jesús, y en su defecto, de la Municipalidad. La comparsa de los tucumanes está compuesta por miembros de una cofradía local dedicada al culto del Niño Jesús que es liderada por 2 Caporales, responsables principales de la fiesta que, como parte de la comparsa, toman el papel de guiadores, y un cuerpo de 22 danzantes, llamados pampas, siendo en total 24 bailarines, seis por cada barrio. La comparsa suele organizarse para las danzas en dos columnas, dirigidas por sendos Caporales. Los Caporales marcan el inicio del baile y la sucesión de las mudanzas que se producen durante el paso de la comparsa por las calles del pueblo, y los varayo encabezan el paso de la comparsa; Que, la vestimenta de los personajes ha sufrido transformaciones desde la época republicana, siendo originalmente una vestimenta rural de bayeta, con poncho de lana gris, sombrero de fieltro y, como accesorio definitorio, un bastón y una soga. Actualmente, los bailarines llevan un traje negro, en una imagen de elegancia urbana atribuida a las aves que representan, compuesto por pantalón y saco, guantes de lana y sombrero de fieltro, todos de negro riguroso. La excepción al negro son una camisa blanca y una pañoleta blanca que se lleva bajo el sombrero y cae sobre los hombros; opcionalmente se lleva corbata. Portan además una soga, reata o cabestro, parte de la cual se lleva en bandolera, dejando suelto un extremo que en la danza se lleva con la mano derecha en alto, accesorio con el cual se anuncian los cambios en la coreografía. La prenda definitoria es una máscara de cuero negro decorada con bordados de hilo blanco, en representación del rostro del ave, rostro que la población describe como horripilante, hecho para infundir temor. Las piezas que componen este traje son tradicionalmente heredadas de las anteriores generaciones, y son objeto de gran cuidado por quienes las portan; Que, la danza El Tucumán está resuelta con gracia, siguiendo una serie de pasos y figuras de baile conocidas como mudanzas y pasiones, cada una con una tonada particular. La pasión es el paso organizado en dos columnas o hileras, y cuya postura básica consiste en llevar el paso portando la soga, con la mano derecha en alto y la mano izquierda en la cintura. Estas figuras son la entrada o media vuelta, el saludo al público, el saludo en pareja, el saludo en columna, el enlazamiento (en el que se representa la captura de animales salvajes), los cuatro barrios (cada grupo de bailarines se orienta al punto cardinal al que pertenece su respectivo barrio), el saludo en U, el tucupa ñahuin u ojo de búho, en que los danzantes forman esta figura, el janatuman uratuman o barrio arriba y barrio abajo, en que los danzantes se saludan reunidos en una sola columna dando media vuelta, el ochuy o figura de ocho, la adoración al Niño, que se representa dentro del templo, y la despedida con media vuelta; Que, la música que acompaña esta danza ha sido tradicionalmente ejecutada por músicos que portaban a la vez una flauta y un tambor, formación común en la sierra norteña, pero en la actualidad este acompañamiento ha sido sustituido por una banda de metales; Que, la danza El Tucumán es parte de la Fiesta del Niño Jesús, patrón de la ciudad del mismo nombre, correspondiendo su aparición a la víspera del día central, celebrada el 31 de diciembre. Esta festividad, situada en una fecha poco habitual para este tipo de celebración, constituye un homenaje al Niño Jesús como patrón de la ciudad antes que una conmemoración del natalicio de Jesús propiamente dicha; Que, el 30 de diciembre, tradicionalmente a las 3 de la tarde, llegan a Jesús los conjuntos musicales que acompañarán la fiesta, contratados de otras localidades

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