Norma Legal Oficial del día 10 de agosto del año 2017 (10/08/2017)


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NORMAS LEGALES

Jueves 10 de agosto de 2017 /

El Peruano

unitaria o grupal, y que reconocidamente responden a las expectativas de la comunidad, como expresión de la identidad cultural y social, además de los valores transmitidos oralmente, tales como los idiomas, lenguas y dialectos autóctonos, el saber y conocimiento tradicional, ya sean artísticos, gastronómicos, medicinales, tecnológicos, folclóricos o religiosos, los conocimientos colectivos de los pueblos y otras expresiones o manifestaciones culturales que en conjunto conforman nuestra diversidad cultural; Que, el literal b) del artículo 7 de la Ley N° 29565, Ley de creación del Ministerio de Cultura, modificado por el Decreto Legislativo N° 1255, establece que es función exclusiva del Ministerio de Cultura realizar acciones de declaración, generación de catastro, delimitación, actualización catastral, investigación, protección, conservación, puesta en valor, promoción y difusión del Patrimonio Cultural de la Nación; Que, el artículo 55 del Reglamento de Organización y Funciones del Ministerio de Cultura, aprobado mediante Decreto Supremo N° 005-2013-MC establece que la Dirección de Patrimonio Inmaterial es la unidad orgánica encargada de gestionar, identificar, documentar, registrar, inventariar, investigar, preservar, salvaguardar, promover, valorizar, transmitir y revalorizar el patrimonio cultural inmaterial del país, en sus distintos aspectos, promoviendo la participación activa de la comunidad, los grupos o individuos que crean, mantienen y transmiten dicho patrimonio y de asociarlos activamente en la gestión del mismo. Depende jerárquicamente de la Dirección General de Patrimonio Cultural; Que, mediante Oficio N° 125-2017-IIAP-P presentado el 8 de mayo de 2017, el señor Luis Exequiel Campos Baca, Presidente del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana ­ IIAP solicitó declarar a los tejidos del pueblo ticuna como Patrimonio Cultural de la Nación, la cual ha sido respaldada por la Federación de Comunidades Ticuna y Yagua del Bajo Amazonas (FECOTYBA), la Asociación de Comunidades Yaguas y Ticunas del Bajo Amazonas (AYATIBA), así como las comunidades Santa Rita de Mochila, Nuevo Progreso, Capironal, Bajo Amazonas, Yarina - Santa Clara y Verbena; Que, mediante Informe N° 000540-2017/DGPC/ VMPCIC/MC de fecha 26 de julio de 2017, la Dirección General de Patrimonio Cultural hizo suyo el Informe N° 000208-2017/DPI/DGPC/VMPCIC/MC de fecha 24 de julio de 2017, emitido por la Dirección de Patrimonio Inmaterial, a través del cual se recomendó declarar como Patrimonio Cultural de la Nación a los conocimientos, saberes y prácticas del pueblo ticuna asociados al tejido con fibras vegetales; Que, en nuestro país son 42 las comunidades registradas que conforman el pueblo ticuna (perteneciente a la familia lingüística del mismo nombre), y que se ubican entre ambas márgenes del río Amazonas y sus afluentes en la región Loreto, provincias de Mariscal Ramón Castilla y Putumayo, cerca de la frontera peruana con Colombia y Brasil. Este pueblo también habita en el estado de Amazonas en Brasil, así como en la parte baja del río Caquetá y el Trapecio Amazónico en Colombia y tiene aproximadamente 63 000 personas entre los tres países; Que, según el II Censo de Comunidades Indígenas de la Amazonía Peruana llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística e Informática ­ INEI en el año 2007, la población ticuna peruana ascendía a 6 982 personas. Sin embargo, actualmente, según la base de datos de los Pueblos Originarios del Ministerio de Cultura, la población ticuna asciende a un total de 8 330 personas, esto quiere decir que, el pueblo ticuna representa al 2,1% de la población indígena nacional, aproximadamente; Que, la práctica del tejido con fibras naturales de diversas especies vegetales es uno de los ejemplos que se tiene sobre el importante vínculo existente entre los pueblos amazónicos y su entorno natural. Además, constituye una actividad milenaria debido a la evidencia de presencia humana en la Amazonía que data desde hace 11 200 años A.C. y a la existencia de relatos míticos relacionados al tejido. Los ticuna llevan a cabo esta práctica utilizando fibras de la especie vegetal conocida por la población del bajo Amazonas como huarumá (Ischnosiphon spp.), la cual es conocida también como bijao de monte, huasca bijao y bijauillo. El huarumá

pertenece a la familia Marantaceae, del que hasta el momento se conocen 37 especies encontradas en la Amazonía, en los bosques tropicales que van desde Costa Rica hasta Brasil, así como en las Antillas Orientales. En el Perú, se ha reportado la existencia de 16 especies; Que, el huarumá crece en selvas, bosques secundarios y planicies inundables a lo largo de quebradas, caños y ríos. Esta especie vegetal se caracteriza por su apariencia arbustiva o estructura de lianas con bulbos, hojas de diferentes aspectos y tamaños dispuestas en dos filas opuestas a lo largo de un tallo. El tallo es cilíndrico y flexible, con forma de espiga, de color verde y puede llegar a medir hasta cuatros metros de longitud; Que, las comunidades ticuna del bajo Amazonas reconocen tres especies diferentes de huarumá atendiendo a su clasificación, a las propiedades de las fibras, así como a los objetos tejidos con ellas. De este modo, reconocen en primer lugar, el huarumá largo, identificado taxonómicamente como Ischnosiphon arouma que utilizan para elaborar el tipití, instrumento utilizado para prensar la yuca; en segundo lugar, el huarumá corto, con nudos dispuestos en el tallo a la misma distancia, identificado como Ischnosiphon puberulus, utilizado para la elaboración de cernidores o cedamas y, por último, el huarumá largo y grueso, identificado como Ischnosiphon obliquus, utilizado para la elaboración de pacarás o canastas tradicionales usadas para almacenar o transportar objetos; Que, la práctica tradicional del tejido comienza cuando las mujeres ticuna a veces acompañadas por varones ingresan al bosque para extraer los tallos de huarumá con los que tejerán los objetos utilitarios deseados. Esta actividad requiere de conocimientos precisos sobre el entorno y las especies, caso contrario sería muy difícil encontrar el huarumá en las áreas que rodean a sus comunidades. Cabe resaltar que la cosecha del huarumá es menos complicada entre los meses de marzo y mayo, periodo en el que los ríos están en su nivel más alto, ya que es mucho más fácil llegar a las zonas donde éste abunda, cosecharlo y transportarlo a la comunidad, aprovechando para ello las áreas de inundación del río Amazonas. Por otro lado, el periodo donde la cosecha resulta más complicada es entre los meses de agosto y octubre, cuando los ríos están en su nivel más bajo, ya que es necesario caminar distancias considerables para obtener los tallos del huarumá; Que, una vez que las mujeres llegan a la zona de extracción identifican los tallos aptos para la cosecha, utilizando criterios basados en la altura, la dureza y el número de hojas existentes en la planta. Por lo general, cosechan aquellos tallos de más de dos metros de longitud que tienen la superficie dura y con muchas hojas. Esta parte del proceso es muy importante para que posteriormente no haya problemas a la hora de separar la fibra de la parte central del tallo. Identificada la planta que se quiere aprovechar, se realiza un corte con machete aproximadamente a medio metro o un metro del suelo, extrayendo luego la parte más alta del tallo para cortarlo según la medida deseada, lo cual depende del objeto que se tejerá; Que, el paso siguiente consiste en cortar los tallos para obtener los segmentos de fibra con los que se tejerá. Para lograr esto, la tejedora hace cortes en el extremo más delgado del tallo para dividirlo en partes iguales y luego jala la fibra para separarla del resto del tallo. Una vez que se separan los segmentos de fibra, se procede con el teñido de algunos de éstos, lo que se hace con la resina de una liana llamada cumaca (Clusia sp.). La cumaca es utilizada de manera directa para teñir de color rojo-granate las fibras. Utilizando una técnica tradicional, los ticuna pueden modificar el color rojo de la cumaca en un color negro brillante; para ello cavan un hueco en la tierra, echan ceniza y orinan sobre ella; encima colocan las fibras que han sido teñidas de rojo con la cumaca y las tapan con hojas de plátano. El amoniaco de la orina reacciona con los minerales de la ceniza, transformando el color rojo de la cumaca en un color negro brillante. Todo el proceso permite, además, que el tinte se fije a la superficie de la fibra; Que, además, para comenzar a tejer, las mujeres ticuna se acomodan en el suelo utilizando las manos y los pies a fin que las fibras no se muevan. Es importante resaltar que, al tejer las maestras toman en cuenta nociones de matemáticas fundamentales, pues diferencian cantidades

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