Norma Legal Oficial del día 17 de agosto del año 2018 (17/08/2018)


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NORMAS LEGALES

Viernes 17 de agosto de 2018 /

El Peruano

del Colca tiene en el traje femenino, tanto collagua como cabana, su máxima expresión; Que, sobre la introducción del bordado en el valle del Colca no hay información precisa; se sabe que primero se introdujeron los bordados en las vestimentas de las mujeres y posteriormente se fue extendiendo hacia diversas prendas artesanales desarrolladas con fines comerciales. Según fotografías, como las del archivo de la expedición fotográfica aérea Shippee-Johnson, hacia el año 1931, se observa que las mujeres de Chivay aún lucían vestidos negros, elaborados de bayeta, sin mayor decoración. Sobre el particular, Blenda Femenias concuerda con esta afirmación, y señala que el bordado se instaura durante la década de 1940 en adelante, como producto del industrialismo en Arequipa. Es probable que la incidencia de la modernidad a través de la ciudad del Arequipa con el empuje del ferrocarril hacia la sierra sur en 1876, el interés de explotar la fibra de camélido, la lana de oveja y los granos de cebada para la industria de la cerveza a fines del siglo XIX, hayan contribuido al afianzamiento de los pobladores del valle del Colca, permitiéndoles ingresos monetarios que hicieron posible la adquisición de máquinas de coser y el desarrollo del bordado en la vestimenta. Asimismo, los ingresos obtenidos en la región por la venta de estas materias primas deben haber propiciado condiciones económicas para la aceptación de cambios en el vestuario y el enriquecimiento decorativo mediante los bordados a máquina de coser; Que, en este contexto se centra el desarrollo textil del valle del Colca, manteniéndose los usos nativos de la fibra de camélido, como la alpaca y la llama, junto al uso de lana de oveja. Igualmente, pervive el uso del telar de tipo awana y el telar de cintura para la confección de tejidos tradicionales, se usa, además, el telar de pedales hispano o telar vertical para la confección de telas extensas; Que, desde antiguo, en la zona alta de Caylloma se produce fibra de camélido y desde la década de 1980 han surgido organizaciones para esta producción en distritos como Sibayo, Callalli y Tuti. Por su parte, tejedores y tejedoras, así como bordadores y bordadoras, se han organizado en asociaciones que han recibido apoyo de instituciones nacionales y extranjeras con fondos para infraestructura, capacitación, implementación, producción y comercialización. No obstante, la mayoría de artesanos trabaja en talleres familiares. Asimismo, los telares verticales sirven para producir bayeta, tocuyo, bayetilla, paño y bayeta de Castilla, telas con las que se confecciona polleras, pantalones, camisas, corpiños, entre otras prendas. Sin embargo, en la actualidad también se usan telas industriales, siendo la pana y el terciopelo de las preferidas. En cuanto a los hilos para bordar, se usa tanto lana y algodón como hilos sintéticos, algunos muy brillantes que semejan filigrana de oro o plata. Otros insumos son los encajes y grecas que se aplican cosidos a las prendas; Que, según los tejedores más antiguos, las máquinas de coser Singer y de otras marcas llegaron al valle del Colca en la década de 1940, siendo las primeras de manivela y luego de pedal. La máquina de coser a manivela permitía maniobrar con una sola mano el bordado, mientras que la máquina de pedales permitía el uso de las dos manos y la máquina a motor permite mayor rapidez. Hoy, con la máquina de coser semiindustrial se consigue mayor rapidez y se tiene implementos que permiten al bordador usar hilos de lana o de algodón, como industriales. Los talleres familiares pueden tener hasta tres máquinas trabajando al mismo tiempo. La máquina de coser, sumada a la habilidad y memoria del artesano en el manejo de la tela bajo la aguja de la máquina, permite el desarrollo de los maravillosos bordados de los trajes femeninos; pues es la mano del bordador quien dirige la aguja y la tela para lograr los campos estructurales y los diseños iconográficos realizados en las prendas de vestir que lucen las mujeres del valle del Colca. La habilidad y la experiencia del bordador determinan la calidad del trabajo, la sabia composición de los espacios como las cenefas paralelas dispuestas horizontal o verticalmente, las aplicaciones de los ribetes, la disposición de los motivos decorativos y la armonía de la policromía. Los artesanos desarrollan su trabajo a pulso y tienen los diseños aprendidos de memoria, pues la figura bordada

va directamente a la tela sin previa señalización de un lápiz; Que, para iniciar el bordado se prepara la máquina de coser, a la cual se le extrae el prénsatela ("patita"), trabajando con la palanca bajada. Así, el bordador tendrá la facilidad de maniobrar la tela en la dirección que desee para bordar en ella. Para bordar prendas de vestir, se determinan los espacios o cenefas para los dibujos principales colocando al reverso de la tela a bordar, otra tela dura que será la base del bordado. Luego, se procede a coser para bordar. Los collagua preparan su máquina con un solo hilo, el color puede variar según la lana que va al medio. Aquí el bordador tiene que guiar la lana en la tela y lo cosido en la misma, así continuará bordando el diseño que se desea como también rellenando los dibujos con hilos de otros colores. Por su lado, los cabana utilizan hilos de variados colores tanto en sus trajes como en sus sombreros; primero realizan el bordado matriz de color blanco, utilizando dos hilos en la parte que resalta el bordado y, en la parte inferior, un solo hilo que presiona los dos hilos superiores. Una vez que terminan de bordar con hilo blanco, prosiguen con rellenar el diseño con otros colores, dando forma a las figuras. Esta técnica se aprecia con mayor claridad en sus sombreros; Que, las mujeres collagua visten con dos polleras bordadas con lana, una superpuesta a la otra, la pollera interior está cargada de bordados, mientras que la superior tiene menos diseños. En sus prendas predominan los colores rojo, azul y verde. Algunos bordadores bordan primero las uñachas u orlas en los ribetes o cantos. La blusa es de tela delgada, bordada en los puños y el pecho. Los sacos y corpiños son de tela gruesa, con bordados multicolores en el pecho, en la espalda y en los puños. Se usa también una faja de tela bordada. El vestido femenino collagua se complementa con un sombrero de paja adornado con grecas. La indumentaria de la mujer cabana consta de una pollera bordada con hilos de colores. La blusa presenta también los puños y el pecho bordados. El corpiño tiene bordados en el pecho y en la espalda. El traje femenino cabana se distingue del traje collagua principalmente por el sombrero, el de la mujer cabana es de paño de fieltro prensado, profusamente bordado hasta en las alas o falditas, mientras que el sombrero de la mujer collagua es de paja pintada de blanco y está adornado con una cinta grecas y rosones de encaje; Que, desde tiempos remotos, la cultura en el valle del Colca se basa en su actividad económica agrícola y ganadera, en el control de una diversidad de pisos ecológicos, y en su actividad artística textil. En la cultura andina, cada animal, planta, mineral o lugar geográfico comunica algo de la naturaleza, enseña alguna actitud positiva o negativa que ayuda al comportamiento humano, por ello la representación de estos seres en los tejidos y en otros soportes tiene vital importancia. Actualmente, se conocen 18 motivos pallay con sus significados, aunque algunos de ellos no son conocidos por los bordadores, como el puma make (huella de puma), lloto o lluto (pato), jucucha rastro (rastro de ratón), añas (zorrillo), jiguerilla (semilla de planta), la palma (palmera), puito (rombo), kuichi (arco iris de manantial), quenco quenco, taruca (venado). Todos estos pallay se representan en llicllas (mantas) chumpis (fajas), ponchos y otras prendas; Que, a diferencia de los tejidos, los bordados son más coloridos y llamativos. En estos hay una base esencial de lo telúrico que se expresa en los motivos del mundo vegetal, como la tika (flor), distinguiéndose la flor cantuta, pero también ciertos árboles, como el eucalipto. Otros motivos provienen de la fauna y entre los preferidos se aprecian los de aves y animales del entorno como lechuzas, vizcachas, llamas, alpacas, cóndores, entre otros. Según la mentalidad andina los seres de la naturaleza pueden personificar a espíritus poderosos con los que el hombre pueda interactuar o pactar, dentro de una relación de reciprocidad, a fin de obtener los favores de la naturaleza y asegurar su subsistencia. Según el imaginario de la población del valle del Colca se trata de disfrutar las riquezas respetando a la naturaleza; Que, el bordado en el valle del Colca es importante porque constituye una notable innovación cultural del mestizaje andino acorde con la modernidad del siglo XX, una feliz determinación de una fina sensibilidad

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