Norma Legal Oficial del día 11 de octubre del año 2018 (11/10/2018)


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TEXTO DE LA PÁGINA 11

El Peruano / Jueves 11 de octubre de 2018

NORMAS LEGALES

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de Yuricancha y Chacamachay, del distrito vecino de Mara, se suele considerar que la Wayliya haquireña ha tenido cierta influencia sobre la wayliya que se practica en dichos espacios. No obstante, como afirman los pobladores de las referidas comunidades campesinas en el distrito de Mara, la wayliya practicada en los referidos espacios comunales presenta rasgos a nivel de música, coreografía y contextos en que se representa que la distinguen de la Wayliya haquireña; Que, con relación al origen de la Wayliya en Haquira, esta sería producto de la adaptación local de prácticas y creencias impuestas por la Iglesia Católica durante la conquista española, como la natividad del Niño Jesús. Durante el Virreinato, Haquira fue un lugar estratégico de control administrativo y jurídico así como sede de una caja real, albergando una importante cárcel conocida hoy como Qaqa cárcel, y que habría servido para recluir a los perseguidos en las campañas de extirpación de idolatrías. El antropólogo Peter Gose señala que en Haquira, y en la región que comprende las actuales provincias de Aymaraes y Cotabambas, la persecución a los cultos y actos de veneración relacionados a la religiosidad andina se reactivaron casi un siglo después de los movimientos de resistencia indígena Yanahuara (1596) y Moro Oncoy (1599). En otros casos, a diferencia de Haquira, las huaylías tienen un significado también ligado a rituales locales como el aporque del maíz o el Qhapac Raymi. Así, la Wayliya haquireña respondería a un proceso histórico particular asociado al rol que tuvo la iglesia en la persecución de idolatrías en la zona; Que, la celebración para rendir culto al Niño Jesús se basa en tradiciones religiosas cristianas y dinámicas propias de la ritualidad andina. La fiesta se desarrolla a través de un sistema de mayordomos o carguyoq que cambian anualmente, y que corresponden a los dos ayllus en los que está organizado Haquira: Uray ayllu (abajo) y Wichay ayllu (arriba). La función de estos es la de asumir los gastos comunales como la preparación de comida y chicha. También destaca la figura del prioste, a cargo de la mantención de las figuras y el ajuar del Niño Jesús y del Niño Manuelito, así como de asegurar el cumplimiento de los carguyoq. Por su parte, los danzantes de la Wayliya haquireña se organizan en comparsas provenientes de los referidos ayllus. Uray ayllu está conformado por los barrios y anexos de Moccanac, Huistac, Puquiales, Huanca Marccallac, Pucrupucru, Chirapatan, Cconchayoc e Icmapata, mientras que Wichay ayllu se compone de los barrios y anexos de Ccayau, Marcahuasi, Quiscapunco, Tupus, Antapampa, Huancacalla Grande, Huancacalla Chico y Ccorina; Que, los personajes que integran las comparsas de cada ayllu son el negro, el majeño, la waylala, los llameros, las wayliyas y los pastores. Los negros llevan un sombrero de paño con copa semiesférica adornado en la parte frontal con una flor de maywa o amancay. El rostro se cubre con una máscara de arcilla con nariz respingada y barbilla prominente. La cabeza y el cuello están cubiertas por un pañuelo blanco. El traje que visten está compuesto por una camisa blanca, chaleco, corbata y pantalón oscuro, el mismo que se caracteriza por su forma bombacha desde la altura de la rodilla; los extremos inferiores del pantalón son colocados dentro de unos escarpines de lana roja. Llevan botines de cuero llamados wakachos, con escarpines de lana adornados con pompones de color rojo y blanco. Las manos están cubiertas por guantes, mientras que las mangas de la camisa se adornan con cintas de varios colores. El traje se complementa con una frazadilla que cubre el cuello, los hombros y la parte baja de la espalda, además de dos pañoletas de colores vistosos que cuelgan del cuello y caen hasta la altura de los brazos. En las manos llevan una matraca de madera y, atada a la cintura, una esquila o cencerro pequeño de bronce; Que, el majeño acompaña a los negros y encabeza la danza, representando a los mestizos provenientes del valle de Majes, Arequipa, que se desplazaban hacia el área andina para intercambiar productos mediante el trueque. Al igual que los negros, el majeño lleva una máscara de arcilla y un pañuelo blanco que cubre y envuelve la cabeza del danzante, así como matracas. Pero a diferencia de los primeros, los majeños llevan sombrero de ala ancha,

ponchos de colores con tonalidades marrones o grisáceas y qharawatanas o protectores de cuero para las piernas, así como un cuerno de toro conocido como waqra o wambar que evoca el recipiente en que los majeños llevaban el vino que compartían durante sus intercambios; Que, los llameros o llamichos representan a los pastores de las zonas altas de Haquira, provenientes de los cerros Asoqa, Orqontaki y Surimana. Al igual que los personajes anteriores, la cabeza del danzante también va envuelta por un pañuelo blanco, pero se distinguen por el uso de una máscara de madera y una montera de colores. Visten una camisa de lanilla, pantalón de bayeta, un poncho atado a la cintura que les permite llevar un fiambre, y ojotas. Asimismo, llevan una bolsa o ch'uspa, además de pellejos de llamas y sogas de lana de alpaca. Además, los llameros acompañan su desplazamiento con flautas denominadas lawitas y tinyas, pequeños tambores de origen precolombino. Son dirigidos por el qhapaq llamero, quien porta una ch'uspa adornada con monedas como señal de riqueza, así como un liwi o boleadora con el que interactúa con el personaje de la waylala; Que, la waylala es interpretada por un hombre vestido como una mujer haquireña que no domina las labores domésticas, atribuyéndosele valores negativos como ociosidad y lisonjería. Este personaje alegra al público mediante movimientos exagerados. Baila con los llameros al lado del qhapaq llamero, de quien se sugiere es pareja. Luce la misma máscara, pañuelos y sombrero de los negros. Lleva en los hombros y espalda un mantón de lana y, en la espalda, una lliklla simulando cargar un bebé. Como muestra de su feminidad sostiene una rueca con la cual va hilando lana; Que, una de las características de la Wayliya haquireña que la distingue de otras variedades son las máscaras usadas por los negros. Estas son elaboradas a partir de una mezcla de arcilla con arena de andesita pulverizada, material que al ser quemado toma un tono rojizo característico. Se fabrican dos tipos de máscaras: con gesto de sonrisa y con gesto de silbido; Que, las wayliyas son mujeres que cumplen la función de cantoras, visten blusa de color entero con polleras bordadas y sombrero blanco atravesado por cintillo multicolor, adornado en la parte frontal con varias plumas y un espejo pequeño. Una tela blanca cubre los hombros y la espalda de las wayliyas, que también llevan una sonaja de madera con resonadores de metal para marcar el compás de la danza. Los pastores acompañan a las wayliyas y van vestidos con sombrero de paja, poncho y chalina de lana de oveja, llevando guitarras con las que marcan el ritmo de la música; Que, la música de la Wayliya haquireña se compone de una serie de canciones que acompañan los distintos momentos de la danza, delimitadas por la entrada en escena de sus diferentes personajes y recibiendo los siguientes nombres: bienvenida, canto al majeño, waylala y llamero, canto al negro, despedida. Las melodías de cada una se encuentran en tonalidad menor, excepto por la del llamero y la waylala que está en tonalidad mayor, correspondiendo al género musical de la qhaswa. Esta última se toca con flautas o lawitas acompañadas por tinyas. Su interpretación es instrumental durante el desarrollo de la danza, entonándose el canto de las letras en quechua sólo cuando hay descansos o cuando los negros dejan de bailar; Que, las letras son interpretadas por conjuntos de cuatro wayliyas. La melodía se caracteriza por el canto en tono agudo de las wayliyas y por la elevada entonación de los estribillos con que termina cada tema. A esto se le denomina wijch'upa, término también usado para denominar a dos de las cantoras. Los cantos son interpretados en quechua y hacen referencia a la veneración del Niño Jesús. Dada la cercanía geográfica y el constante intercambio cultural, algunos fragmentos melódicos de la Wayliya haquireña muestran similitudes con las wayliyas practicadas en pueblos aledaños de las provincias de Grau y Antabamba; Que, la matraca y la esquila son elementos característicos de la Wayliya haquireña. El uso de la matraca es vital para marcar el ritmo de la danza y anunciar el desplazamiento de las comparsas desde una distancia considerable. La esquila, campana utilizada en

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