Norma Legal Oficial del día 28 de junio del año 2017 (28/06/2017)


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NORMAS LEGALES

Miércoles 28 de junio de 2017 /

El Peruano

y el romance. Estas formas de poesía popular actuaron como mecanismos de expresión evocativos, satíricos o épicos que fueron empleados por las fuerzas españolas, y posteriormente, por los sectores populares al ser apropiados y resignificados durante las etapas virreinal, independentista y republicana; Que, en la tesis titulada La copla cajamarquina: las voces del carnaval, la literata Eugenia Quiroz Castañeda señala que este proceso tuvo lugar en todo el ámbito de Hispanoamérica, configurándose múltiples estilos de poesía popular cantada con rasgos compartidos en cuanto a métrica y rima, pero difiriendo en el uso de formas y estrategias de carácter discursivo. En tal sentido, como destaca la autora, la copla y el contrapunto cajamarquinos son una expresión local de un proceso de transculturación dentro de la tradición oral y la poesía popular; Que, en cuanto a la proliferación de las coplas en el departamento de Cajamarca, la misma autora atribuye este hecho al rápido proceso de expansión y posicionamiento de la cultura española en la región durante la etapa de la Conquista. Otras fuentes revelan el importante rol que este tipo de poesía popular desempeñó en la configuración del sentido de identidad nacional, especialmente durante momentos clave de la naciente historia republicana, así como el periodo de lucha por la Independencia. Así, el destacado docente y poeta cajamarquino Mario Florián detalla que hacia el año 1822 se componía en la zona un tipo de copla, redondilla o canción lírica popular denominada la cajamarquina, y cuya letra buscaba incentivar el patriotismo entre los jóvenes que se unían voluntariamente a la lucha contra el dominio español; Que, el investigador cajamarquino Rogger Ravinés describió en un artículo publicado en la revista Folklore Americano, los contextos festivos en los que se practicaba la copla de la región de Cajamarca a fines de los años 60 y resaltó su representación en las épocas de carnavales y en Navidad, siendo interpretada en esta última por comparsas de pallas y pastores. No obstante, son las celebraciones de carnaval las que se han vuelto el principal contexto festivo ritual de la copla y contrapunto, al punto de ser identificados por sus propios portadores como parte de un mismo complejo de prácticas culturales. El autor antes citado también señala que los elementos básicos del carnaval, en tanto complejo festivo, serían las patrullas y las unshas junto con las coplas. Esta vinculación entre copla y carnaval se vería reforzada a partir de la década de los 70, con la formación de comités a nivel municipal para la organización de los carnavales en la región y la creación de los primeros concursos de coplas dirigidos tanto a creadores como intérpretes; Que, las coplas interpretadas hoy en día durante las celebraciones de carnavales en la región Cajamarca consisten en cuartetas de cuatro versos con una extensión por lo general octosilábica. Sin embargo, como puede apreciarse en las múltiples coplas recopiladas en la documentación presentada, así como en otras fuentes, estos versos también pueden ser de siete sílabas o heptasilábicos. Por otro lado, Rogger Ravinés también señaló la existencia de versos de nueve o más sílabas. La investigadora Eugenia Quiroz explica que es posible adaptar versos con más de ocho sílabas dentro de una estructura rítmico musical octosilábica al musicalizar las coplas, con el fin de preservar la melodía y la armonía; esta regla también puede aplicarse cuando los versos tienen menos de ocho sílabas; Que, en cuanto a la manera de rimar en la copla cajamarquina, se observa el uso de la rima de tipo tanto consonante como asonante entre sus portadores. Estos la aplican de manera alternada entre los versos pares e impares de una misma cuarteta con la fórmula ABAB, o solamente en los versos pares de la misma siguiendo la fórmula ABCB, asociándose a la primera de éstas con una intención más lírica en la composición. Esta variabilidad dentro de la estructura rimada de las coplas cajamarquinas es señalada por quienes las han recopilado e investigado. Así, mientras que algunos investigadores señalan a la rima consonante como la de más frecuente uso, otros se inclinan por la rima asonante como tal. Del mismo modo, los registros de Rogger Ravinés hacen referencia al uso de estructuras alternativas en la rima de las cuartetas

como ABBB, AABA o AAAA. El escritor y poeta Luzmán Salas Salas, en su trabajo Análisis Literario de las Coplas del Carnaval de Cajamarca, postula que la estructura de tipo ABCB sería la de uso mayoritario dentro de las coplas de hoy en día; Que, en la estructura de las coplas cajamarquinas es frecuente observar que los dos primeros versos establecen una situación o momento inicial que genera expectativa, seguido por los últimos dos versos que le dan cierre o respuesta, generando una interacción marcada por un tono de humor irónico, picaresco o sarcástico. Al respecto, el citado Luzmán Salas Salas indica que estas dos secciones dentro de la copla no necesariamente se conjugan una con otra, siendo factible que ambas expresen ideas o pensamientos yuxtapuestos pero independientes el uno del otro. El mismo autor indica que en la composición o en la improvisación de nuevas coplas se observa el uso de variedad de figuras literarias como la repetición o anáfora, la metáfora o semejanza, el símil o comparación, la antítesis o contraposición, la prosopopeya o personificación, la hipérbole o exageración, entre otras; Que, la variabilidad y adaptabilidad en la rima, métrica y estructura de las coplas evidencia lo indesligable de los aspectos líricos y melódicos en su interpretación. El recopilador César Paredes Canto, en su publicación Coplas de Cajamarca. Expresión de su Carnaval, señala que si se eliminara la letra de las coplas por lo menos un instante, sólo quedaría una melodía monótona y sin sentido. Por otro lado, Eugenia Quiroz destaca que la particularidad de las coplas es su relación inmediata con la música, siendo ésta un complemento esencial para su enunciación, así como el único elemento que hace posible reconocer la procedencia de las mismas. En ese mismo sentido, para el reconocido poeta Manuel Ibáñez Rosazza la copla cajamarquina es mejor enunciada y apreciada al ser interpretada con música, tanto de forma individual como colectiva; Que, la música que acompaña la entonación de las coplas no sólo funciona como un marcador de procedencia, sino también como un factor de distinción entre sus portadores. Al respecto, José María Arguedas llamó la atención durante una visita realizada en el año 1941 al pueblo de Namora en época de carnavales, describiendo dos formatos instrumentales de acompañamiento para las coplas y su adscripción a diferentes sectores de población. Por un lado, el uso de guitarras asociado al grupo mayoritario de los cholos o mestizos, y por otro, el uso de la flauta y la caja como símbolo del carnaval indio, representando a una población indígena minoritaria en la zona. No obstante, José María Arguedas destacó que más allá de las diferencias en los instrumentos musicales utilizados, subyacía una misma melodía de carácter monótono y repetitivo que enlazaba las prácticas; Que, actualmente, tanto la flauta y la caja, así como la guitarra se siguen empleando para acompañar musicalmente la entonación de las coplas, siendo la guitarra junto al violín los que cuentan con mayor difusión y aceptación como instrumentos emblemáticos de la copla del carnaval cajamarquino. También se usan instrumentos como la antara, el rondín, el acordeón, el güiro, la quena, la mandolina o el saxo para acompañar la entonación de las coplas del carnaval cajamarquino dentro de contextos tanto urbanos como rurales. Como señal de la vitalidad de esta expresión, es posible observar la incorporación de nuevos instrumentos tales como, tarola, bombo o corneta; Sin embargo, estas adiciones más recientes en el acompañamiento musical de la copla cajamarquina también empiezan a generar actitudes de rechazo, siendo vistas en algunos casos con recelo debido al desplazamiento de instrumentos que forman parte de la tradición de la copla; Que, otro indicador de la complejidad de la copla cajamarquina es el extenso ámbito geográfico en que es practicada como forma de poesía popular cantada, comprendiendo diferentes distritos y centros poblados dentro de las provincias de Cajamarca, San Marcos, Celendín, Cajabamba, Contumazá, San Miguel, San Pablo y Hualgayoc, entre otros; sin embargo, se suele considerar a las provincias de Cajamarca, San Marcos y Celendín como los núcleos principales de la copla dentro de la región. Esto ha dado como resultado la generación de variantes locales que se distinguen en función de la

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