Norma Legal Oficial del día 22 de junio del año 2016 (22/06/2016)


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TEXTO DE LA PÁGINA 18

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NORMAS LEGALES

Miércoles 22 de junio de 2016 /

El Peruano

Vistos, la Carta Nº 036-2015-IIAPSOCIODIVERSIDAD-D de fecha 4 de noviembre de 2015 presentada por el Director del Programa de Diversidad Cultural y Economía Amazónica del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana - Ministerio del Ambiente y el Informe Nº 000152-2016/DPI/DGPC/ VMPCIC/MC; y, CONSIDERANDO: Que, el numeral 2) del artículo 1 de la Ley Nº 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, establece que "Integran el Patrimonio Cultural de la Nación las creaciones de una comunidad cultural fundadas en las tradiciones, expresadas por individuos de manera unilateral o grupal, y que reconocidamente responden a las expectativas de la comunidad, como expresión de la identidad cultural y social, además de los valores transmitidos oralmente, tales como los idiomas, lenguas y dialectos originarios, el saber y conocimientos tradicionales, ya sean artísticos, gastronómicos, medicinales, tecnológicos, folclóricos o religiosos, los conocimientos colectivos de los pueblos y otras expresiones o manifestaciones culturales que en conjunto conforman nuestra diversidad cultural"; Que, el literal b) del artículo 7 de la Ley Nº 29565, Ley de Creación del Ministerio de Cultura, establece que "es función exclusiva de esta entidad realizar acciones de declaración, investigación, protección, conservación, puesta en valor, promoción y difusión del Patrimonio Cultural de la Nación"; Que, mediante Carta Nº 036-2015-IIAPSOCIODIVERSIDAD-D de fecha 4 de noviembre de 2015 presentada por el Director del Programa de Diversidad Cultural y Economía Amazónica del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana - Ministerio del Ambiente, la misma que cuenta con el respaldo de la Federación de Comunidades Nativas del Ucayali ­ FECONAU expresado a través de la Carta Nº 043-2015/FECONAU, se solicita al amparo de las normas vigentes, la declaratoria de los Íkaros shipibokonibo-xetebo como Patrimonio Cultural de la Nación; Que, mediante Informe Nº 000284-2016/DGPC/ VMPCIC/MC, la Dirección General de Patrimonio Cultural eleva al Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales el Informe Nº 000152-2016/DPI/ DGPC/VMPCIC/MC del 3 de junio de 2016, emitido por la Dirección de Patrimonio Inmaterial, a través del cual se recomienda declarar a los Íkaros del pueblo shipibokonibo-xetebo como Patrimonio Cultural de la Nación; Que, el pueblo shipibo-konibo-xetebo es uno de los pueblos indígenas más numerosos de la Amazonía peruana. Está conformado por, aproximadamente, 32 000 personas agrupadas en alrededor de 150 comunidades organizadas, ubicadas en los departamentos de Loreto, Madre de Dios, Huánuco y, principalmente, Ucayali. El pueblo shipibo-konibo-xetebo pertenece a la familia etnolingüística pano y sus pobladores hablan la lengua originaria shipibo-konibo. Como su nombre lo indica, y como establece el reconocido antropólogo, Jacques Tournon, este pueblo es producto de un proceso de fusión étnica y cultural entre los pueblos shipibo, konibo y xetebo; Que, este pueblo indígena se caracteriza por su gran capacidad de movilidad y por organizar conglomerados de su población en zonas distintas a las de origen. El pueblo shipibo-konibo-xetebo sobresale también por su chamanismo, práctica tradicional de medicina ancestral mediante la cual un maestro sanador, llamado chamán, diagnostica y sana los males, físicos y/o psicológicos, de las personas que así lo requieren, gracias a su capacidad de comunicarse con el mundo de los espíritus. Asimismo, cabe resaltar la producción artesanal alfarera y textil de este pueblo indígena, en la cual el sistema de diseño conocido como kené, arte elaborado principalmente por las mujeres ­y declarado como Patrimonio Cultural de la Nación en el año 2008-, constituye un importante referente de su cosmovisión, pues da cuenta no solo de su tradición artística, sino también de su tradición chamánica, ya que se vincula tanto a la estética plástica y musical ­siendo diseños de dibujo, pintura, bordado y canto-, así como a objetivos de sanación. Finalmente, sobresale su rica y extensa tradición oral, que figura en numerosos y antiguos relatos mitológicos;

Que, en términos generales, la cultura del pueblo shipibo-konibo-xetebo se caracteriza por tener una visión animista del mundo, en la cual las plantas, los animales y otros elementos de la naturaleza, como las piedras, tienen un espíritu, llamado yoshin en lengua shipibokonibo. Asimismo, su cosmovisión está marcada por una mirada holística del mundo, mediante la cual existe un todo compuesto por varias partes interconectadas que se afectan entre sí. Desde esta perspectiva, para este pueblo indígena existen diversos mundos diferenciados pero vinculados, los cuales pueden clasificarse en cuatro: El mundo del agua o jene nete, conformado por múltiples seres, siendo el más poderoso de estos Ronin, boa de gran tamaño que vive en las profundidades de las aguas y cuyo poder es absoluto; nuestro mundo o non nete, donde habitan las personas, los animales, las plantas y los espíritus pertenecientes a cada planta y cada animal; el mundo amarillo o panshin nete, donde se encuentran los espíritus impuros o negativos; y el mundo celestial o jakon nete, mundo místico donde habitan plantas y animales fantásticos. Asimismo, la mirada holística está presente en la forma como, desde esta cultura, es entendida la salud, ya que se concibe que en el ser humano los cuerpos físico, mental y espiritual se encuentran interconectados y lo que suceda en uno repercute en el otro. Según refiere la señora Herlinda Agustín, artista diseñadora y ayahuasquera de renombre, en el libro Kené. Arte, ciencia y tradición en diseño, de la antropóloga Luisa Elvira Belaunde, para este pueblo indígena la salud implica bien-estar personal, social y espiritual. De esta manera, la sanación de la persona se logra al estar en armonía con el propio ser, así como también con el mundo y con la naturaleza; Que, como parte del universo cultural propio del pueblo shipibo-konibo-xetebo, los íkaros, llamados besho en lengua shipibo-konibo, tienen una presencia fundamental. Los íkaros son cantos de carácter sagrado cuyo componente central es la dimensión energética y cuyo propósito, en la mayoría de los casos, es la sanación aunque no siempre están relacionados de manera directa a objetivos terapéuticos, ni solo pueden ser entonados por el chamán. Son considerados también como íkaros los cantos producidos por el diseño del kené ­los cuales pueden darse en contexto chamánico o no-; ciertos cantos que las madres les cantan a sus hijos en el momento de amamantarlos, como conexión afectiva y también para su buen crecimiento; cantos del chamán a su discípulo para la iniciación de este último; cantos para pescar; cantos para encontrar el amor; cantos para ayudar a morir a una persona desahuciada que está sufriendo; entre muchos otros entonados en diversos contextos relacionados a diferentes aspectos de la vida. Asimismo, se le canta el íkaro a algún objeto o pócima. Esto consiste en "cargar" el elemento, a través del canto del chamán con propósitos de limpieza, protección, sanación o alguna otra intención particular. Para los shipibo-konibo-xetebo, la palabra y las vibraciones del canto tienen poder y el íkaro, como canto sagrado y de poder, incide en la persona u objeto y logra una transformación en el mismo. Es posible distinguir tres dimensiones que forman parte de la estructura del íkaro shipibo-konibo- xetebo; Que, la dimensión energética o espiritual consiste en la fuerza espiritual inmanente al íkaro. Se trata de la energía vibracional que trasciende desde el chamán hacia un objeto o persona receptor del canto. La persona ikareada se armoniza integrando su cuerpo y mente, gracias a las fuerzas y espíritus de la naturaleza. El paciente queda magnetizado, protegido y sanado. De esta manera, el íkaro se convierte en un vehículo de sanación; Que, la dimensión musical o sonora consiste en el conjunto de sonidos emitidos por el chamán, y que corresponden a los cantos expresados de manera constante a lo largo de la sesión curativa. Las melodías y ritmos propios de los cantos tienen una estética musical propia de esta cultura. Pueden darse algunas variaciones e improvisaciones en el canto de cada sesión, dependiendo de los requerimientos del paciente, dada su condición; de qué espíritus se necesita invocar; y también según la tradición familiar o la tradición de maestro a discípulo. Sin embargo, existe una fuente común y un repertorio musical como base, pues se trata de una misma tradición. En

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