Norma Legal Oficial del día 27 de diciembre del año 2019 (27/12/2019)


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TEXTO DE LA PÁGINA 17

El Peruano / Viernes 27 de diciembre de 2019

NORMAS LEGALES

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sobre los niveles de productividad debido principalmente a la reducción de la efectividad de los métodos de control producto de los efectos del cambio climático, así como a la predominancia de plantaciones antiguas que no han sido renovadas por varias décadas en casi todas las regiones productoras tornándolas más susceptibles de ser atacadas por plagas y, finalmente, al inadecuado manejo sanitario del cultivo como consecuencia del debilitamiento del sistema nacional de prevención y control fitosanitario. El efecto devastador que dejó el ataque de la roya amarilla en el año 2013 cuando impactó en casi la mitad del área total cultivada con café en el país y desapareció 80 mil hectáreas (la quinta parte) que aún se encuentran en proceso de recuperación, es un indicador de esta problemática. El tercer aspecto que explica directamente la pérdida de sostenibilidad del café es la fuerte deforestación que acompaña a la práctica de manejar el cultivo bajo sistemas productivos intensivos basados en la tala del bosque y explotación del monocultivo. Cabe resaltar que es precisamente el cambio de uso del suelo como consecuencia de la tala y quema de los bosques, provocados principalmente por el aumento del área agrícola y del cultivo ilegal de la coca, lo que en el caso del Perú explica aproximadamente la mitad de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero. Por esta razón es importante promover incentivos que fomenten la implementación de medidas de mitigación de los efectos del cambio climático y al mismo tiempo desarrollen capacidades institucionales para que la provisión de servicios públicos como, por ejemplo, el de asistencia técnica incorpore tecnología de manejo del café bajo sistemas agroforestales. Estas acciones tendientes a reducir la emisión de GEI constituyen una Acción de Mitigación Nacionalmente Apropiada (NAMA) para el café considerado como prioritaria en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) del Perú. 3.2.2 Bajos niveles e inconsistencia de la calidad del café Si bien el café peruano está siendo reconocido por aumentar su participación en los mercados de cafés especiales donde la calidad sensorial en taza exigida por el consumidor es elevada y recompensada con excelentes precios pactados fuera de bolsa, la proporción de café peruano que se vende a la gran industria como café común, de volumen o ´mainstream', con menores niveles de calidad en taza sigue siendo la más importante. Adicionalmente, un problema saltante en materia de calidad del café peruano tiene que ver con su inconsistencia, es decir, con su limitada capacidad para mantener el mismo nivel de calidad de una cosecha a otra. Entre las principales razones que explican directamente esta problemática se encuentran la limitada infraestructura de post cosecha, principalmente la de secado; el escaso desarrollo de capacidades técnicas en materia de manejo del cultivo y de gestión de la calidad y el limitado desarrollo de servicios de infraestructura de la calidad u otros de apoyo que garanticen la trazabilidad de los parámetros y/o condiciones que definen la calidad en toda la cadena de valor. En lo que respecta a la infraestructura de post cosecha, los escasos excedentes que genera la baja escala de producción de la familia caficultora reducen las posibilidades de inversión en la implementación de secaderos y, con ello, la capacidad de gestionar el riesgo de contaminación, exposición a las lluvias, a la elevada humedad y a la presencia de hongos que suelen ocurrir cuando el grano de café es secado a la intemperie sobre mantas colocadas al ras del suelo y cuando el almacenado se realiza en malas condiciones. La presencia de defectos físicos y organolépticos que se generan bajo estas condiciones aumenta las mermas y en consecuencia reducen el volumen de la oferta exportable. En cuanto a las escasas capacidades técnicas en materia de gestión de la calidad, estas se explican, tanto por el lado de la demanda, debido a que existe poco interés por parte de los actores de la cadena por conocer e incorporar en sus procesos de producción buenas prácticas agrícolas o de manufactura porque los

acopiadores no premian la calidad con mejores precios; como por el lado de la oferta, ya que son escasos los servicios de capacitación o asistencia técnica que se ofrecen en las zonas productoras en temas vinculados a las buenas prácticas agrícolas y a la gestión de la calidad. A lo anterior se suma la ausencia de servicios de infraestructura de la calidad que contribuyan con el aseguramiento y trazabilidad. Aunque se dispone de un conjunto de Normas Técnicas Peruanas del Café orientadas a la mejora y estandarización de la calidad, éstas no logran su propósito, entre otras razones, porque su aplicación es de carácter voluntario y los actores de la cadena están poco sensibilizados con respecto a la importancia de la calidad. Por esta razón los incentivos para desarrollar los servicios de infraestructura de la calidad (trazabilidad, métrica, normalización) disminuyen junto con la necesidad de desarrollar capacidades técnicas. El bajo nivel de asociatividad de los pequeños caficultores limita las posibilidades de desarrollar economías de escala que les permitan realizar inversiones, centralizar la post cosecha y reducir los costos de acceso a capacitación y a los servicios de apoyo que garanticen la calidad. Un claro ejemplo son las Cooperativas que han sido capaces de superar estas limitaciones y facilitarles a sus socios el acceso a mejores mercados donde la diferenciación por calidad y sostenibilidad es compensada con mejores precios. 3.2.3 Limitado financieros acceso y uso de servicios

El sector agrario en general accede sólo al 5% de los créditos que coloca la banca. Según la Encuesta Nacional de la Demanda de Servicios Financieros de la Superintendencia de Bancos y Seguros SBS (2016) la escasa presencia física de establecimientos financieros, los altos costos operativos, sumados al aún alto porcentaje de productores sin documentos de garantía explican que sólo el 11% de la población rural haya solicitado, al menos, un crédito en una entidad financiera. La mayoría prefiere prestarse fuera del sistema (58%), recurriendo sobre todo a familiares y amigos (62%), a tiendas o puestos del mercado (30%), a los proveedores de mercadería, insumos y semillas (24%) o a cooperativas (12%). Esa baja predisposición del productor para solicitar un préstamo en el sistema formal, aunado al hecho que la mayoría de ellos no sea sujeto de crédito han sido identificadas como las principales causas directas que explican, por el lado de la demanda, el limitado acceso y uso de servicios financieros; y, por el lado de la oferta, los elevados costos de transacción de los préstamos y la limitada oferta de productos financieros acorde a las necesidades de las familias cafetaleras. En lo que respecta a la preferencia de los productores por recurrir a préstamos del sector informal, ésta se explica por la desconfianza en las entidades financieras que no proveen información transparente y de fácil comprensión, por la presencia de prestamistas informales con mejores condiciones de préstamo para el productor; por la aversión al riesgo de caer en situación de insolvencia y perder los bienes dados en garantía, y por la baja cultura financiera y la elevada tasa de interés. El alto costo del crédito se explica, entre otras razones, por la elevada incertidumbre o riesgo inherente a la actividad agrícola que hoy en día se ve más afectado por las variables climatológicas; asimismo, tiene relación con los altos costos operativos producto de la elevada dispersión de las fincas que encarece los costos de evaluación y posterior supervisión de los créditos otorgados. En el primer caso, el aún incipiente mercado de seguros dificulta mitigar los riesgos de la actividad. Las elevadas tasas de morosidad promedio del sector agrario también constituyen otro factor que explica los intereses elevados. A noviembre de 2017, el sector agrario alcanzó una tasa de morosidad promedio de 8.1% superando a las reportadas en los sectores Construcción (6.3%), Comercio (5%) y Transporte y Comunicaciones (4.4%), entre los más importantes (SBS, 2017). Este problema de elevada morosidad ha cobrado especial importancia en la selva central donde una

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