Norma Legal Oficial del día 29 de marzo del año 2018 (29/03/2018)


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TEXTO DE LA PÁGINA 15

El Peruano / Jueves 29 de marzo de 2018

NORMAS LEGALES

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considerado sagrado y habitado por los espíritus de los antepasados y de las plantas y animales que aseguran su supervivencia. El proceso de producción de la cestería es testimonio de la vigencia de la cosmología Ese Eja y de cómo ella genera patrones de comportamiento favorables a la sostenibilidad de plantas y animales; Que, en la cestería Ese Eja se emplean principalmente dos tipos de tamshi: ño cuií o "cesta tamshi" (Thoracocarpus bissectus) y picheme (Heteropsis flexuosa). Refieren las tejedoras que la primera crece en las partes bajas de los árboles hospederos y, cuando madura, se torna de color marrón; mientras la segunda crece en las alturas de los árboles hospederos y, cuando madura, se torna de color blanco; Que, el proceso de producción de la cestería se inicia con la recolección del tamshi, labor que no tiene un periodo de tiempo definido. Se evita los meses de lluvias por no ser adecuados para pelar las lianas, ya que en esta época botan una resina blanca que al contacto con la piel produce prurito, además de dificultarse el proceso de secado por la humedad. A diferencia del tejido, la recolección es parte del proceso productivo en que participan también varones, por lo general esposos o hijos mayores de las tejedoras. Los hombres conducen pequepeques (embarcaciones a motor), ayudan a desprender las plantas más arraigadas y apoyan en el transporte de bultos; Que, la recolección toma varios días pues debido al uso intensivo del tamshi ya no se encuentran plantas en los árboles cercanos a las comunidades, de ahí que la población se desplaza a zonas alejadas para conseguirlas. Estos desplazamientos promueven alianzas entre familias para afrontar los gastos de transporte así como para asistirse en la identificación de las zonas en las que se concentran los árboles que hospedan el tamshi, actividad para la que se requiere de conocimientos precisos del hábitat de esta planta así como de cierta destreza visual; Que, la elección de las plantas se rige por criterios de calidad y sostenibilidad. Así, solo se cosechan las plantas maduras, es decir, aquellas que alcanzaron cierto diámetro, longitud y textura, privilegiándose entre ellas a las que poseen menos nudos y son rectas, pues estas permiten la obtención de filamentos de mayores dimensiones y sin asperezas. El criterio de calidad se complementa con el de sostenibilidad, siendo una norma para los pobladores Ese Eja cosechar únicamente las plantas maduras que ya se enraizaron y dieron origen a otras plantas, así como asegurarse que en los árboles hospederos queden lianas que aseguren su reproducción; Que, la extracción exitosa del tamshi depende de varios factores. La fortaleza y la colaboración son algunos de ellos. Sin embargo, para los Ese Eja el resultado de esta faena depende sobre todo del cumplimiento de ciertas disposiciones según las cuales, para extraer la planta con facilidad, hay que esperar a que el dueño del tamshi esté dormido ­llaman dueños a los espíritus de las plantas y animales que aseguran su supervivencia­, además de evitar tocar el árbol y mirar su copa; Que, estas disposiciones se encuentran en estrecha relación con la cosmovisión Ese Eja reflejada en relatos orales, como aquellos que tratan de los encuentros entre los Edósikiana (dueños de la naturaleza) y los Eyámitekua (chamanes); Que, terminada la recolección del tamshi, y ya de retorno en su comunidad, el grupo familiar lleva a cabo el beneficio de la planta, actividad que consiste en cortarla longitudinalmente en dimensiones acordes con las canastas a tejer y luego descascararla (mediante el torcido) y pelarla. La fibra en este estado (pelada) se enrolla pudiendo ser almacenada hasta por un periodo de un año, según versión de las sabias tejedoras; Que, forma parte de esta etapa del proceso productivo, la recolección de las semillas silvestres que adornan las canastas, muchas de las cuales presentan otros usos en la vida cotidiana de los pobladores Ese Eja, tal como lo son propiciar la suerte y curar algunos males; Que, el siguiente paso es el procesamiento de la fibra, labor en la que participan distintos miembros de la familia, en particular las hijas de la tejedora. La fibra se transforma en filamentos a partir de la aplicación de

cortes transversales y paralelos. Los cortes transversales (en cruz) se aplican preferentemente al tamshi de la variedad ño cuií y producen cuatro filamentos de forma triangular. Mientras que los cortes paralelos se aplican preferentemente a la variedad picheme y producen dos tipos de filamentos: las cantoneras, que presentan la forma de una media circunferencia y las cintas que tienen forma aplanada. Los filamentos obtenidos de esta forma, se pulen para estandarizar su grosor haciendo uso de herramientas fabricadas a partir de latas de conservas y/o tazones de aluminio perforados especialmente para este fin; Que, el procesamiento de la fibra termina con la aplicación de color a los filamentos, siendo el tamshi de la variedad picheme, que es de color blanco, el preferido para ello. Mediante el uso de hojas, frutos y cortezas de árboles las tejedoras Ese Eja logran los colores que caracterizan a su cestería. El amarillo (jawa jawa) se obtiene del guisador o palillo; el negro (kui kuisho) se logra del fruto verde del wito; el morado (maipojo) se consigue de la planta de nombre sanipanga y también de la hierba de nombre sheshená; el verde oscuro (she she) se obtiene de la planta llamada cola de ratón o de la mezcla del wito con el palillo; el rosado (maoki) se logra de la corteza del árbol palo de rosa o de la caoba; y, el rojo (apo'e) se consigue del achiote; Que, el tejido se realiza íntegramente con las manos, sin otra ayuda que el propio cuerpo. Sentada en el suelo, la tejedora inicia el proceso creativo ayudándose de la boca, el regazo y los pies para las acciones de sostener, apoyar y tensar los filamentos, mientras que con las manos entreteje (o entrecruza) las fibras siguiendo patrones de alternancia (o modos de trenzado) memorizados e internalizados en el proceso de aprendizaje; Que, las decisiones sobre el tipo de trenzado a aplicar son interdependientes de las características del filamento seleccionado y de las cualidades de los objetos a fabricar. Es así que los filamentos de tamshi de la variedad ño cuií, menos flexibles y más resistentes, se emplean en la elaboración de las canastas para el transporte de cargas pesadas y de frutos grandes, como la yuca y la castaña. Estas canastas son denominadas eshaja koja weja ai y son descritas por el tipo de trenzado como "de cocos grandes". Otro tipo de canastas elaboradas con tamshi de variedad ño cuií y empleadas en las actividades productivas de caza, pesca, recolección y agricultura, se clasifican de acuerdo a sus formas. Las hay redondas (eshaja kopo), ovaladas (eshaja ao kopo ó kowí), cuadradas (beje beje), largas (eshaja ao), de boca ancha (eshaja dabaay) y de boca angosta (eshaja dabasisi ó daba tobo), entre otras. En cambio, el tamshi de la variedad picheme, que es más flexible, se emplea en el tejido de canastas para llevar cargas ligeras y frutos pequeños. Algunas de tales canastas se denominan eshaja koja weja sisi y eshaja esipi bií bií y son descritas por el tipo de trenzado como de "cocos pequeños" y "cocos muy tupidos", respectivamente. Las canastas tejidas con tamshi de la variedad picheme son las de mayor aceptación en los circuitos de venta de arte tradicional por sus colores, la finura del tejido y sus acabados; Que, el proceso de aprendizaje de la cestería se inicia aproximadamente a los doce años y es denominado esowíwowiji. Los familiares más cercanos (abuelas, madre, tías, cuñadas) tienen a su cargo enseñar a la niña las técnicas básicas de cestería. No obstante, es recién cuando las mujeres forman una familia que dedican mayor tiempo a perfeccionar las técnicas de tejido y de acabados y empiezan a tejer las canastas más finas. Esta segunda etapa del proceso de aprendizaje tiene lugar fuera del núcleo familiar y es guiado por las tejedoras Ese Eja más destacadas. La costumbre adoptada hace algunos años de reunirse para tejer ha favorecido procesos creativos colectivos que refuerzan la transmisión de técnicas, patrones estéticos y saberes ancestrales, a la vez que motivan la creatividad individual que hace de cada cesta un objeto único que lleva la impronta del talento de la tejedora; Que, desde hace algunas décadas, las tejedoras Ese Eja comercializan sus productos en circuitos comerciales

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